Ciudad de Milán

Milán, una ciudad que visitar

La Ciudad de Milán, Capital de la región de Lombardía, es la segunda ciudad más poblada de Italia después de Roma (1.300.000 habitantes) y la capital económica del país. Principal centro económico y financiero del país, Milán es hoy la capital italiana de la edición, del circuito mundial de la música y la ópera, de las ferias internacionales de todo tipo (automóvil, arte, diseño, mobiliario, etc.), y una de las capitales mundiales de la moda.

Mediolanum

Fundada hacia el 590 a.C. por una tribu celta, fue conquistada por los antiguos romanos en el 222 a.C. y llamada “Mediolanum” (que significa “en medio de la llanura”), Milán se encuentra en medio del valle del Po (el más grande de Italia), en una red de ríos (el Po y el Ticino, entre otros), canales navegables y lagos (el lago de Como). A lo largo de los siglos su importancia fue creciendo hasta convertirse en la capital del Imperio Romano de Occidente. Es el periodo en el que se promulgó el Edicto de Milán (año 313), que concedía a todos los ciudadanos, incluidos los cristianos, la libertad de culto.

Testimonios

El poeta romano Ausonio la describió así a finales del siglo IV: “En Mediolanum todo es digno de admiración. Hay grandes riquezas y numerosas casas nobles. La población es de gran capacidad, elocuencia y afabilidad. La ciudad ha crecido y está rodeada por un doble círculo de murallas. Está el circo, donde la gente disfruta de los espectáculos, el teatro, con sus gradas en forma de cuña, los templos, la fortaleza del palacio imperial y la fábrica de moneda. Los patios con columnas están adornados con estatuas de mármol. Sus edificios son a cuál más imponente, como si fueran rivales.

Carácter nórdico

Milán ha estado en el centro de la vida política y cultural de la Italia del Renacimiento. Luego, a comienzos del siglo XVI, fue gobernada primero por el Imperio español y, dos siglos después, por la corona austriaca, bajo cuyo dominio se convirtió en uno de los principales centros de la Ilustración italiana. En el siglo XIX, fue la capital del Reino Napoleónico de Italia y, tras la Restauración, uno de los centros más activos del Risorgimento, hasta que pasó a formar parte del Reino de Italia. Todas estas influencias, así como su situación geográfica, han desarrollado en Milán un carácter especial, mucho más “norteño” que el del resto de Italia al sur de la ciudad.

Il “salotto Milano”

Gran parte del patrimonio artístico y arquitectónico de Milán se encuentra en el centro histórico, cuyo aspecto actual se debe a las numerosas remodelaciones urbanas llevadas a cabo entre la unificación de Italia y la primera posguerra. El monumento simbólico de la ciudad, conocido como Duomo di Milano, se encuentra en la plaza del mismo nombre, centro de la vida económica y cultural de la ciudad. A poca distancia, conectada por la Galería Vittorio Emanuele II (un pasaje cubierto con estructuras de hierro y cristal a la vista de estilo ecléctico, inaugurado en 1877 y conocido popularmente como “el salón de Milán”) se encuentra el Teatro alla Scala (1778), uno de los teatros de ópera más famosos del mundo. Otro monumento simbólico de Milán es el Castello Sforzesco, concebido originalmente como una estructura exclusivamente militar, pero posteriormente rediseñado como una elegante corte para los señores de la ciudad.

Cena con Leonardo

No muy lejos se encuentran la basílica de Sant’Ambrogio, considerada la segunda iglesia más importante de la ciudad, y la iglesia de Santa Maria delle Grazie, que alberga la famosa Última Cena de Leonardo Da Vinci, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.